
Los niños suelen sentirse incómodos con las situaciones nuevas, y es habitual que los padres descubran que su hijo, normalmente complaciente, se atrinchera ante la perspectiva de visitar a un psicólogo infantil. Aunque usted sepa que llegar a la raíz de problemas como la depresión es importante para la salud de su hijo, es posible que simplemente no entienda por qué necesita hablar con alguien. Afortunadamente, puede aliviar la ansiedad y el malestar de su hijo durante esas primeras sesiones utilizando estas sencillas estrategias.
Sigue estos 3 consejos para hablar con los niños sobre un psicólogo:
Hágales saber lo que pueden esperar
Antes de la primera cita de su hijo a los especialistas psicólogos infantiles, hable con el personal para saber cómo realizan la consulta inicial. Por ejemplo, es posible que el psicólogo de su hijo quiera reunirse con usted a solas primero, o que le anime a quedarse en la sala durante las primeras sesiones. También es importante que su hijo sepa que puede ser sincero durante las sesiones. Cuando su hijo entienda que su consejero no busca meterle en problemas, estará más dispuesto a abrirse y dejar que le ayuden.
Compárelo con una necesidad médica
Desgraciadamente, algunos niños han oído cosas negativas sobre la asistencia a un consejero. Puede que insistan en que no están locos ni necesitan ayuda. Sea sincero con su hijo sobre las razones por las que ha concertado la cita y compare ir al psicólogo con visitar a un médico. Al igual que usted llevaría a su hijo a ver a un médico si le doliera la pierna, a veces es necesario acudir a un psicólogo cuando algo como un divorcio ha provocado emociones dolorosas. Ver sus sesiones desde este punto de vista ayuda a los niños a entender que no les pasa nada como persona. Sólo necesitan ayuda para aprender a afrontar una situación de la vida.
Haz que sea un momento especial
Aunque no siempre lo demuestren, especialmente cuando se convierten en adolescentes, los niños ansían pasar tiempo con sus padres. Haga que la visita al psicólogo sea algo que su hijo espere con ansias, planificando un tiempo especial juntos después. Ir a cenar, disfrutar de una bola de helado o escuchar la música favorita de su hijo en el coche son oportunidades para convertir los días de asesoramiento en experiencias de unión.
Nuestros consejeros a menudo descubren que los niños más reacios a menudo resultan ser los más involucrados en sus sesiones una vez que tienen un poco de estímulo. Nuestros consejeros están capacitados para ayudar a los padres con la transición de su hijo en la terapia.